EDITORIAL
La biodiversidad es no sólo diversidad genética sino también cultural; se expresa de distintas maneras, con la diversidad de la lengua, de la cultura etc. Representa una formidable herramienta para la adaptación a medios propensos a los cambios, difíciles. En los casos complejos, la confrontación, el debate, la controversia, deben formar parte integrante de los procesos de análisis e instauración de proyectos. Así pues, al igual que se intenta proteger algunas especies animales y vegetales, es necesario preservar las biodiversidades culturales. La biodiversidad natural tiene su propia lógica y su equilibrio en la naturaleza. Solo aparentemente la repetición de las estaciones y el crecimiento de la planta o del animal parecen monótonos. En realidad , hay un dinamismo tal que aun un simple pañuelo de tierra se encuentra permanentemente modificado y mejorado. Imaginase que en un único gramo de tierra se pueden encontrar cientos de millones de bacterias de al menos 20000 especies diferentes. La naturaleza se mueve con paso ligero, no destruye sino se renueva y se enriquece. La naturaleza es n proceso permanente de innovación. Al contrario el hombre tiene un paso pesado, él no se respeta al igual que no respeta su similares. Ya que, respetar nuestros pares significa aceptar la diversidad cultural, social, intelectual y física. Para combatir el monocultivo y la monocultura es necesario tener por objetivo un equilibrio entre uniformidad que obstruye y originalidad creativa.
|