diciembre 2012
Número 12

JUEGOS OLÍMPICOS SUB-TROPICALES

Nicolas Boldych

Eco delle Dolomiti 12 - Editoriale

Ampliando el círculo

JUEGOS OLÍMPICOS SUB-TROPICALES

Desde la creación de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1920, los lugares naturales para la Olimpia Blanca se ha situado en aquello extraídos de la fantasía occidental - los Alpes, descubiertos por el turismo inglés en el siglo XIX (los primeros juegos fueron celebrados en Chamonix, una estación creada por la nobleza inglesa), Escandinavia (Suecia y Noruega) y Norteamérica. Como el invierno de la imaginación colectiva se sitúa al norte, los Juegos Olímpicos siempre se han situado  en las más altas latitudes del Oeste de Europa y del continente americano. Japón, paradójicamente el occidente de los confines de Asia, representa la única excepción de la regla, habiendo albergado los Juegos no menos de dos veces.
Pero parece que algo está cambiando, porque en 2014, por primera vez, los Juegos viajan fuera del confort del área al que nos tienen acostumbrados – el triángulo Alpes-Escandinavia-América -  para transferirse a un destino euroasiático. Los próximos juegos coreanos parecen confirmar una tendencia centrífuga que, si continúa, nos permitirá ver moverse el evento más libre por todo el mundo, de norte a sur y de este a oeste. Existen, en realidad muchos países que, tanto por su clima y como por el territorio, podrían albergar los Juegos Olímpicos de Invierno.
El mérito de haber inaugurado la expansión del cerco, que nos obliga a revisar nuestra propia geografía, es en cualquier caso de Rusia.

El Cáucaso y la unión de continentes

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Sochi se encuentra en el extremo occidental del Cáucaso, a orillas del Mar Negro – el antiguo Helesponto de la Grecia clásica – en la frontera entre Europa y Asia, en el Krai (regiones fronterizas de Rusia) de Krasnodar. Aproximadamente 600 km al norte de Kalmukia, donde la lengua hablada es el mongol, la religión el budismo. Siguiendo al sur del Cáucaso nos dirigimos al Mar Caspio e Irán. La región de Krasnodar – que incluye el Krai de Sochi y sus 400.000 habitantes – ha sido desde tiempos antiguos el punto de contacto entre gentes de la Estepa Rusa (chiítas, cimerios y alanos) y aquellos del Mediterráneo (griegos, rumanos, venecianos y genoveses) , eslavos y caucasianos, turcos e iraníes. En Sochi, además de la población Rusa, hay también adigueses, georgianos, armenios y griegos, al tiempo que al norte hay una comunidad estona (Eesti-Sadok) cuyo asentamiento tuvo lugar en el siglo IX. El Cáucaso es en sí mismo símbolo del encuentro entre continentes, haciéndose eco del significado de los cinco anillos de la bandera olímpica.

La Niza del Mar Negro

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Rusia no sólo tiene las altas cumbres del Cáucaso o de los Montes Altai en la frontera con el mundo Chino, también se extiende hacia el sur, cuyo punto final es el gran triángulo entre la estepa y la montaña, delimitado por la elevación del Cáucaso Mayor, por el Mar Negro y el Mar Caspio. Al oeste y al este, y por los ríos Don y Volga al norte.
Sochi está localizada al sur de este sur, que se extiende durante 140 km entre las montañas del Gran Cáucaso y el Mar Negro. Se trata de tres largas, paralelas y estrechas líneas – el mar, la ciudad y la montaña. En su capacidad de banda intermedia, el parque de la ciudad De Sochi contiene, tanto en términos de clima como de flora y fauna – resultado del intercambio entre el mar y la montaña - temperaturas suaves y la humedad del mar y los dos vientos que los cruzan. Uno, el phoen, es cálido y seco, mientras que el otro, el bora, es glacial. Si avanzamos 50 km al norte de Sochi, entre las praderas de los Alpes y sus cimas hay más de 2000 metros de diferencia, mientras que al sur el clima es predominantemente húmedo y subtropical, típico de las zonas orientales del continente asiático, europeo y americano. Situado en la misma latitud que Niza, la imagen de Sochi puede ser mejor comprendida si la nombramos la Niza Rusa. En muchos sentidos la costa del Mar Negro se parece realmente a la costa liguriana, con vegetación subtropical, palmeras, ágaves, cactus, hibiscos y adelfas. Con sus casas aristocráticas en ocasiones originales de antes del siglo XIX, con sus largas avenidas. Sochi, precisamente, tiene un gran parque llamado “Promenade”. La ribera italiana y la del Cáucaso son regiones cuyas montañas se encuentran con el mar, dejando estrechas franjas para el animado nivel en el que la ciudad está situada frente al mar, que limita la ciudad. Magnetizada por el marítimo horizonte, las ciudades tiene una ininterrumpida horizontalidad que se pierde en la distancia.

Invitación a la naturaleza

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Al contrario que Niza, Mónaco o Génova, Sochi es una ciudad policéntrica, con amplias expansiones que permiten a la vegetación penetrar en los parques del cuidado hogar (como el Sochi-Mazesta) o a lo largo de las avenidas, como en el parque “Riviera”. Los jardines, de estilo francés o italiano, son también maravillosos, así como el Dendrarium chino, donde el bambú se sitúa junto a las diferentes variedades de roble (más de 80 especies), pinos, endrinos, cipreses del Cáucaso, en medio del cual las mariposas chilenas se han adaptado perfectamente. La naturaleza siempre se ha invitado a sí misma a esta ciudad, pero además ha tenido la ayuda de sabios científicos que, durante más de un siglo, han reconocido y apoyado las excepcionales características de este ecosistema. Entre ellos están el biólogo Christophore Chaposhnikov quien, en el norte de Sochi creó la reserva de la biosfera y la naturaleza del Cáucaso, nombrado Patrimonio de la Unesco en el 2008, llamada en su honor, Reserva Chaposhnikov. No nos sorprende, por tanto, que incluso a la naturaleza se le haya invitado a tomar parte en estos Juegos en forma de programas de protección del medio ambiente, que incluyen la creación de un centro de formación de ecólogos en el Dendrarium de Sochi. Pero los esfuerzos en este campo han logrado que el espacio en el que estas Olimpiadas se van a llevar a cabo estén incluidas dentro del la Reserva de Chaposhnikov y la región  Krasnaya Polyana, zona de esquí que se encuentra a unos 60km de Sochi.  Estos esfuerzos requieren el respeto de las normas de ecosostenibilidad en el proyecto de bio-construcción, la utilización de fuentes de energía alternativas y obvias limitaciones en las emisiones de dióxido de carbono. También se ha elaborado un plan para premiar a los negocios que respeten estos estándares y se adhieran a la norma preestablecida.

JUEGOS OLÍMPICOS SUB-TROPICALES

La reserva de Chaposhnikov es un ecosistema rico en especies animales, que en el curso del tiempo se han convertido en emblemas de la reserva: ciervos, osos, linces boreales, cabras del Cáucaso, bisontes. En la parte oriental de la reserva se encuentran   acebos, buxus del Cáucaso, tejos y diversas especies de lianas, rododendron y orquídeas.
Los zonas alpinas y subalpinas están cubiertas por bosques de castaños, hayas y abedules el roble Georgiano y el sicomoro de la Capadocia. Más al norte hay bosques de coníferas (incluida la picea normanda) con su amplia variedad de helechos. En el último nivel está un increíble paisaje Krummhol, con troncos y ramas de árboles que han sido literalmente esculpidos por el terrible viento Foehn. Es parte del ecosistema al que los Juegos Olímpicos nos permitirán acercarnos, al menos con la mirada, probablemente ayudando a expandir los horizontes europeos, gracias a este espectáculo de la naturaleza que es al tiempo familiar y exótico.