Sumario

 

Las Dolomitas inmortalizadas por una gran artista

 

 

 

 

 

de Mariapia Ciaghi

 

 

 

 

 

Pianeta C[1].S.70, 1986

 

Scultura luminosa, 1970
acciaio inox

 

Cesarina Seppi, 1972
foto de Walter Campara

 

Messaggio, 1969

 

“Haces de luz, conos diagonales, aguijones estelares cruzan un cielo intensamente azul. El artista llama a estas imágenes "mensajes". En mi opinión, es el deseo que las criaturas sienten aún de un verbo que descifre los secretos de la existencia. Los hombres escalan el cielo infinito, pero sienten la necesidad de interrogarse sobre el fin último de su existir en la inmensidad. En el fondo, los artistas siempre han vencido este umbral, en todas las épocas. Cesarina lo logra con una claridad de ideas que hace que la esperanza resulte más creíble para todos nosotros.”
(Marco Valsecchi, 1969)

 

Messaggio, 1969

 

 

 

 

scultura luminosa, acciaio inox, 1970

composizione, 1970

scultura luminosa, acciaio inox, 1970

trappola per il sole, 1978

 

 

Esta entrevista refleja la aventura de la imagen creadora que la artista prefiere: más que lugares de verdad, Seppi construye momentos de poesía.

 

No es el tiempo el que pasa,
somos nosotros los que vamos a su encuentro.


En noviembre de 2001, el galerista Michele Caldarelli la invitó a participar en la exposición Tempo & Tempo de Como. ¿Cómo percibe el pasar del tiempo? ¿Cuál es el tiempo de un artista?

El artista tiende a perfeccionar y a descartar incesantemente sus creaciones precarias, observa su nueva obra sin certezas sobre su destino futuro. Juega con el tiempo, se apropia de él, transforma el variopinto mundo de formas, colores y sonidos que el espacio circunstante ofrece para construir universos paralelos y acceder a los recovecos de la creación. Percibo el pasar del tiempo cuando cae la oscuridad; entonces escucho el silencio, pero me falta la luz del día. El fin de la creatividad puede encontrar consuelo en la vida autónoma que las obras ya producidas pueden seguir viviendo, independientemente de sus autores. La creatividad encierra en sí nueva creatividad, es estímulo y vibración que sólo se completa en el instante del gozo.

En febrero de 2003, inauguraba usted en la Plaza Cesare Battisti de Trento, su escultura “Fiore lunare”, donada a la ciudad para conmemorar la poesía del poeta local Marco Pola.

La obra la hice en memoria de Marco Pola, poeta y grabador que hizo mucho por los artistas de la región en el siglo XX, después de la guerra. Recuerdo cuando nos encontrábamos en el Circolo del Cavallino Azzurro y él acostumbraba escribir y dibujar en las mesas de piedra. En la escultura he querido experimentar con el courtein, un nuevo material. Lo que estalla arriba es la poesía; abajo, el hombre. Una tensión que vive en la expresión que no desea indicar ni describir; sólo declarar una presencia. Tendida hacia lugares donde nos hablan las voces de dentro, cada una de ellas sola con su propio universo de figuras, no una voz sino pensamientos no expresados, concebidos y asimilados a lo largo del tiempo, en la reflexión, donde nace la confianza en la fantasía, una contribución de la ficción estética, una posible y difícil oportunidad de enamorarse siempre del presente. Ha sido una meta importante que ha costado dos años de duro trabajo, yendo y viniendo de Verona, sin escatimar esfuerzos ni dedicación, con la serena voluntad de ofrecer a la colectividad, a mi gente, un símbolo, un testimonio de aquella presencia siempre viva en la historia de la región de Trento.

En la inauguración usted expresó agradecimiento a los numerosos amigos de esta tierra de montaña y a la voz de las montañas. ¿Qué le ha sugerido esa voz?

Los recuerdos más significativos de mi vida se vinculan a las montañas. Todas mis formas vienen de la montaña. He interpretado la montaña a mi modo, como un personaje; he combatido una batalla para entender a las montañas; tenía que escalarlas, pisotear la tierra. Ya en la infancia me encantaba recoger piedras extrañas, fósiles que se encuentran en las Dolomitas de Ampezzo, como el megalodonte, a menudo engastado en bancos macizos de rocas y en las capas detríticas de la base de las paredes, testimonio de una génesis aún tan viva y tangible. Me embelesaban las imponentes agujas de las montañas de Trento, los glaciares, los manantiales cristalinos. Cuando me encuentro frente a una montaña, es ella la que domina, viva y misteriosa, con todo el encanto de los colores de cada estación. Todas las esculturas parten de la montaña, incluso “Fiore lunare”.

¿A partir de qué necesidades expresivas elabora un estudio sobre la luz? Recordamos entre sus obras “Prime luci”, “Cronaca di un paesaggio”. ¿Qué técnicas ha experimentado?

Nace de una necesidad totalmente interior de encontrar el modo de exaltar las resonancias cromáticas interiores, independizándolas y aislándolas de las condiciones de la luz ambiental y recreando su alma. La luz penetra en los elementos que nos rodean, los supera y va más allá; es un recorrido no sólo visual sino también auditivo, abarca toda la parte emocional, involucra todos los sentidos. La necesidad de reproponer a través de la suma de refracciones aquella claridad que he podido entrever entre los alerces, entre los abetos con las ramas a contraluz, penetrar en el espacio, las paredes, la roca a través de la luz, estructurar con la luz las figuras. Siempre me ha interesado experimentar todas las técnicas y materiales para poder profundizar y enriquecer mi lenguaje artístico, desde la pintura hasta el mosaico y la vidriera. En 1965 emprendí mis primeros trabajos en metal, realizando bajorrelieves y técnicas mixtas con aluminio y latón. A partir de los setenta, empecé a dedicarme a las esculturas en acero inoxidable, a los collages pulidos y coloridos, iluminados desde el interior, y a la escultura en bronce. En “Fiore lunare” he querido experimentar con el courtein, material que suele utilizarse en la construcción. Me parece una aleación muy interesante por su característico "desescamarse” como la corteza de un árbol mientras no alcanza un estado de estabilidad.

Usted siempre se ha mostrado atenta a las necesidades de su ciudad. ¿Qué significa para usted el compromiso artístico?

Compete al poeta, al artista, ahondar en el problema humano bajo todas sus formas. En este sentido, la conducta de su espíritu tiene una capacidad potencial de mutación del mundo. Las montañas siguen dando el mensaje. Yo he tratado de interpretarlo y transmitirlo.

 

Messaggio, 1969

 

 

 

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