Sumario
 

RECUPERACIÓN DE LA FAUNA SALVAJE EN TRENTINO

 

Amneris Maffei

 

 
 

En el territorio de la provincia de Trento existen dos centros de recuperación de la fauna salvaje, constituidos en la Provincia Autónoma en el ámbito de la actividad prevista por la ley provincial 24/91, que dispone que la fauna salvaje enferma o herida sea reintroducida en el propio hábitat natural previa rehabilitación y cura. En Trentino no está permitida la captura de ningún ejemplar salvaje sin una autorización específica del Servicio Forestal y de la Fauna de la Provincia Autónoma.

Para socorrer a un animal herido es esencial actuar con cautela y corrección, evitando iniciativas personales, a menudo fatales para la supervivencia de cualquier ejemplar salvaje. Normalmente hay veterinarios autorizados del Servicio Forestal y de la Fauna desempeñando las operaciones de primeros auxilios, efectuando las indagaciones pertinentes para un diagnóstico y eligiendo la terapia más adecuada.

Es fundamental no estresar al animal en la manipulación, gesticulando ampliamente, mostrándolo a los demás o hablando en voz alta.

En la mayor parte de los casos, y por fortuna, los animales salvajes no conocen en absoluto al hombre y no están habituados a nuestra presencia, a las voces, a los gestos ni a todos aquellos ruidos que nos parecen “normales”.
Es bueno evitar la suministración de fármacos, atarlos, efectuar vendajes o suturas y evitar casi cualquier maniobra que, a pesar de la buena voluntad, podría resultar enormemente dañina.

A menudo desnutridos, en estado de shock y desorientación, sufriendo y asustados, a los animales salvajes heridos se debe uno aproximarse con cautela. Un animal herido que puede parecer inofensivo, de pronto reacciona inesperadamente presa del terror.

Es muy aconsejable el uso de guantes, preferiblemente acolchados para coger todas las rapaces, cuyas garras afiladas podrían herir al socorrista.

Es fundamental no agarrar el ave por las alas y, en el caso específico de las rapaces, deberán ser sujetadas simultáneamente por la parte superior de ambas patas, para evitar provocar peligrosas fracturas en las extremidades.

Cada ave recuperada debe ser inmediatamente colocada en un contenedor de cartón suficientemente amplio para permitirle permanecer en posición erecta, con paja en el fondo. A los lados de la caja deben practicarse unos agujeros para respirar, y seguidamente dejarla bien cerrada. Las jaulas con barras metálicas estropean el plumaje y pueden ser dañinas para la avifauna.

En espera del operario encargado, cualquier animal salvaje –en una jaula cubierta por un paño o en una caja de cartón- debe permanecer en un lugar silencioso, mejor a temperatura ambiente y donde nadie pueda, de ningún modo, o por ningún motivo, perturbarlo hasta la entrega. En estado  de deshidratación es importante aliviar la sed poniendo a su disposición un cuenco de agua limpia.

Si es necesario su transporte en automóvil, es bueno asegurarse de que la jaula o el contenedor de cartón estén bien cerrados y fijados, con el cinturón, para impedir que se golpee en el transcurso del viaje.

Durante el trayecto en coche es necesario mantener una conducción regular, evitando ruidos, música, frenazos bruscos o el uso del claxon.

Un capítulo a parte está reservado para las crías o pollos, porque con demasiada frecuencia son erróneamente recogidos – sin estar heridos -  sustrayéndoselos a la madre y al indispensable cuidado de los padres. A veces los progenitores se alejan para procurar la comida a la prole, pero esto no significa necesariamente que hayan sido abandonados. Antes de coger la cría o el pollo, hay que asegurarse de que verdaderamente se trata de un ejemplar herido o abandonado.

Todas las crías y pollos deben permanecer en un ambiente templado, limpio y silencioso; depositarlos sobre un paño de lana si se nota hipotermia y alimentarlos con agua templada y azúcar si están deshidratados. Una cría herida debe ser manipulada con atención y delicadeza y frecuentemente la temperatura corporal – constantemente mantenida en el nido o en la lana, cerca de los progenitores o los padres – desciende peligrosamente: en tal caso debe ser restablecida, también utilizando bolsas de agua templada o con lámparas de infrarrojos.

En cuanto a los pollos que han caído a tierra en la tentativa del primer vuelo, es bueno observar los árboles o los setos de los alrededores, si se divisa el nido es mucho mejor reponer el pequeño al nido que transferirlo al centro, a menos que sea evidente la necesidad de una cura.

Los pollos deben ser alimentados con la polilla de la harina o de la miel, espesada y metida en el pico con unas pinzas. A falta de esto, se puede dar leche homogeneizada al pollo, diluida en agua templada, con una jeringa sin aguja o con el borde de una cucharilla de helado, prestando atención a no estropear el plumaje. Como alternativa se puede utilizar carne picada. Todos los pollos, incluso de especies granívoras, tienen en extremo la necesidad de proteínas y no deben ser alimentadas con pan o cereales, porque fermentan en el estómago.

Por último, querría recordar claramente que de localizar un animal salvaje que necesite ayuda, debe evitarse, después de haber advertido al centro de recuperación competente o a la estación forestal más cercana, actitudes bruscas o ruidosas. El silencio y los movimientos controlados son indispensables. Desde el momento que 1221 especies de aves están en peligro de extinción, y otras 812 tienen riesgo de estarlo en breve, querría lanzar un mensaje particular, al menos en defensa de las golondrinas y los aviones que sufren una preocupante disminución, aún bajo la protección de la ley. Todos conocemos bien su canto alegre, que alegra nuestros cielos de la primavera al otoño, hasta la migración a África y nos agrada ver su rápido ascenso alrededor del campanario de la iglesia, último refugio de esta maravillosa criatura alada. Hace un tiempo construía sus nidos en los tejados de nuestras casas, pero parece que – a pesar de la prohibición absoluta de abatir los nidos, sobre todo de abril a septiembre, durante la nidificación – nos hemos convertido en unos huéspedes desagradables, ¡incluso en la pequeña aldea de la montaña! Basta a veces colocar en la base del nido una tabla de madera para evitar la caída de los pequeños y, al tiempo, mantener el espacio suficientemente limpio.

Si bien sé que mi mensaje no tiene alas para recorrer el mundo entero, sí espero  que este llamamiento despierte a nuestra conciencia ecológica-ambientalista y no se detenga más, para que los matices y los sonidos de la naturaleza, en su increíble biodiversidad, acompañen aún a muchas generaciones de niños privilegiados, que crecen con los colores y el canto en el corazón.

 

 

 

Quién aviste un animal salvaje herido o con dificultades en el territorio de la provincia de Trento se ruega que advierta directamente al siguiente centro de recuperación:

 

  1. Para todos los mamíferos (ungulados, mustélidos, etc):

 

Centro Fauna Alpina Antonio Falzolgher, Via Guardini 41, Casteller di Trento

D. Fabio Cagol – Tlf: +39 335 5440003

 

  1. Para toda la avifauna salvaje:

 

C.R.A.S.- Centro de Recuperación de la avifauna salvaje,
gestionado por LIPU – Trento

Abierto: todos los días de 8.00h a 20.00h
Tlf 340-2491886 ó 340-2424237

 

Los únicos encargados de curar, intervenir quirúrgicamente y efectuar terapias a todos los mamíferos salvajes de la provincia de Trento son los veterinarios operarios del Centro Fauna Alpina de Casteller.

 

En cuanto se refiere a la avifauna salvaje los veterinarios encargados son:

Dra. Aurora Trentinie   Dr. Mauro Bonatti.
Estudio Veterinario
Via Lami, nº10 – Trento

Tlf: 0461-983624 ó 0461- 984299

 

El centro C.R.A.B. de Bolzano acoge a la fauna salvaje y acepta también aves exóticas  Tlf: 199-444030

 

 

 

 

 

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