La raza Rendena protagonista de un desfile por las calles de Pinzolo

sábado 30 de agosto de 2008

 

Trescientos años de historia narran las diversas vicisitudes de expansión y contracción de una raza autóctona que ha acompañado al hombre de Val Rendena (y no sólo a él) a través de los años de guerra y post guerra, garantizándole con frecuencia la supervivencia que, de otro modo, hubiese sido imposible.
"El Almanaque Agrario de 1892" informa que la raza Rendena "llegó a un punto tal de poder competir con numerosas razas preciadas de Europa" (se criaba en Lombardía y en el territorio del Trivéneto, y contaba con aproximadamente 800 mil cabezas), y que en su momento ya se habían definido técnicamente algunos rasgos morfológicos que hacían "que la Rendena se considerara una raza lechera por excelencia".
En vez, hoy la raza Rendena está muy limitada en cantidad (aproximadamente 3000 vacas inscritas en los controles funcionales para la producción de leche), tanto que la Comunidad Europea la considera "en riesgo de extinción", pero el verdadero peligro -que se verificó en los años treinta y cuarenta, cuando se dictaron los decretos para la suspensión de las razas autóctonas- parece haber sido superado gracias a la voluntad y el empeño de los criadores que, a pesar de las prohibiciones, continuaron con la reproducción clandestina de la raza. De este modo, se ha salvado un valioso recurso genético en grado de producir leche que está entre las mejores para la producción de quesos y una carne que, según los expertos, parece llevar en su sabor "esa rusticidad y personalidad típicas de los bovinos y de los criadores de esta raza".
Para valorizar este patrimonio, la Unión de Criadores de Val Rendena, en colaboración con la Società Allevamento Bovino - SAB (Sociedad de Cría de Ganado Bovino) de Pinzolo y la Associazione Nazionale Allevatori Bovini di Razza Rendena - ANARE (Asociación Nacional de Criadores de Ganado Bovino de raza Rendena), desde algunos años organiza una manifestación donde el mundo agrícola y el turismo se encuentran en una sinergia de intentos compartidos. Una semana (del lunes 25 al sábado 30 de agosto) para llamar la atención y apuntar los reflectores a la cría que cada vez más se ha unido en un pacto solidario con la protección del ambiente y la promoción del territorio. Por lo tanto, la defensa de esta raza autóctona se transforma en la exigencia de proteger los rasgos típicos de un territorio de montaña, su especificidad, sus bellezas, y sus productos; significa valorar una raza bovina particularmente apta para el pastoreo alpino, para disfrutar las pasturas, incluso las más difíciles, a alturas muy elevadas.
Hoy, casi la totalidad de las vacas de raza Rendena criadas en Trentino y más de 50% de la misma raza criadas en el Véneto pasan los tres meses del verano en las praderas de Val Rendena y del Altiplano de Asiago, y es impensable considerar que las vacas de las razas cosmopolitas especializadas en producción lechera y de mayor difusión puedan mantener la misma funcionalidad en el pastoreo alpino, en particular, en las difíciles praderas que caracterizan nuestro territorio.
El desfile por las calles de Pinzolo de los 150 novillos que bajaron de las pasturas para participar en la elección de la "pequeña reina" (el título sin duda más alto que una vaca adulta de raza Rendena pueda ambicionar) es no sólo una atracción turística o un llamado a la tradición, sino un testimonio concreto del rol fundamental de la cría en la elección obligada de un desarrollo sostenible para el hombre y el ambiente.

www.giovenchedirendenapinzolo.com

 

 

 

 

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