Fulber Creazioni de Trento ha cogido el toro por los cuernos, ha planteado, sin rodeos, el problema de la mezcla alcohol-conducción. En asociación con la Federation of Fire Brigade Volunteers, que promueve su última publicación, Fulber Creazioni muestra su posición firme: la prevención de los accidentes causados por conductores ebrios nunca será un tema tratado en exceso. Resaltamos, por ejemplo, como la Muerte no había sido introducida en un cómic educativo con el carácter que presenta en esta historia. De la manera explícita en que se desenvuelve, el autor decide hacerla un símbolo contra las tragedias de los fines de semana, en una campaña para aumentar la conciencia sobre los peligros de la conducción bajo los efectos del alcohol. Presentando a la Muerte en su iconografía más clásica, él busca varios resultados: un mayor impacto en los lectores jóvenes (y no sólo ellos), una sensación oscura en la tira y la gran credibilidad basada en los factores reales y trágicos que confirman la devastación que a menudo sucede en las carreteras los fines de semana.
No hay nadie más apropiado, nadie que conozca más sobre corazones rotos y el fin de la existencia terrena que la Black Lady.

UN TESTIMONIO EXCEPCIONAL

Black Lady, exasperada por las tragedias de las carreteras, aparece una noche de final de verano frente a Spike, aturdido y borracho, y le avisa con una clara advertencia, bombardeándolo despiadadamente con los datos  y las consecuencias relativas a la consumición del alcohol y la conducción. Extiende su sobrecogedora lección a los peligros de las drogas y las anfetaminas, porque ésta es la  cruel realidad de muchos adolescentes de hoy en día. Lanza a los lectores un mensaje directo sobre los riesgos de las conductas irresponsables, que es común en muchos adolescentes.

FICCIÓN Y REALIDAD

Horror drinks es más que un tebeo sobre el problema de los conductores ebrios; el tema de la muerte se presenta de principio a fin. Detrás de esta ficción, la tragedia puede afectar en la realidad a los personajes principales. Tomemos, por ejemplo a Peter: uno de los asistentes a la fiesta que, desgraciadamente y de forma absurda (él no iba en el coche cuyo conductor había consumido alcohol) se verá envuelto en un terrible accidente causado por uno de sus amigos, que estaba bebido. Conocemos de sobra estas situaciones, que desgraciadamente ocurren también en la vida real.