Editorial

Los seres humanos están en una lucha constante entre un movimiento de total absorción en sí mismos y la tentativa de ser criaturas sociales. La naturaleza nos ha creado como animales comunitarios. Debemos por lo tanto comprender que el mundo tiene una estructura en gran parte cooperativa, no sólo en lo referente al ambiente sino también hacia otros seres humanos, y si no trabajamos juntos en el mantenimiento de todo el organismo, este último muere, y nosotros con él. Ésta es una ley de la naturaleza; ha existido siempre y siempre existirá. Formamos parte de las raras criaturas que tienen la capacidad de elegir, y un intelecto para racionalizar estas elecciones. Los organismos vivos, en su mayoría, o se adaptan y se convierten en parte del sistema o se rechazan. La conservación, la protección, y el desarrollo de los recursos naturales y culturales piden esfuerzos de cooperación particulares. Esto implica que todas las personas responsables deben hacer los esfuerzos necesarios para la instauración de una planificación integrada así como de instrumentos de gestión precisos, en un espíritu de respeto mutuo y de una participación a todos los niveles: local, regional, nacional, e internacional.