Desde el desarrollo de paredes artificiales hasta su afirmación como deporte de competición, la escalada moderna ha ido generando en el público un interés cada vez mayor. Las bases del deporte de la escalada son conceptos válidos también para el tratamiento de cuadros clínicos ortopédico-traumatológicos de condiciones crónico-degenerativas y, en particular, neurológicas.

ESCALADA TERAPÉUTICA

de Marco Brazzo

Las especies de la naturaleza se mueven gracias a un aparato locomotor que a lo largo del tiempo se ha ido adaptando perfectamente a las exigencias del medio ambiente. Podemos considerar este aparato como un sistema de palancas en el que los músculos son las fuerzas motrices, los segmentos óseos son las fuerzas resistentes y las articulaciones son los ejes. La física enseña que las palancas pueden ser de tres tipos: ventajosas, desventajosas o indiferentes.
Las palancas de las que está dotado el hombre son ventajosas sólo para escalar, así como las de los caballos son ventajosas sólo para galopar, las de las aves para volar y las de los peces para nadar. En otras palabras, el aparato locomotor de cada especie viviente del planeta Tierra resulta adecuado para expresar sólo una determinada motricidad: aquella que le es funcional. Lamentablemente, en poco tiempo (en comparación con los millones de años que una especie viviente requiere para adaptarse) el hombre se creó un ambiente antifisiológico, diferente de aquel en el que lo había insertado el Creador. La silla, la mesa, el automóvil, el ordenador, el atril, el instrumento musical, la luz artificial, etc. son componentes de un «gimnasio» que cotidianamente obliga al hombre a «entrenar» el aparato esquelético-muscular de modo innatural y perjudicial.
Intuyendo los riesgos que el sedentarismo implica para la salud, el hombre recurre a la actividad deportiva sin pensar que de este modo no hace más que ofender definitivamente su propio organismo. De hecho, ningún deporte permite a las palancas del hombre expresar la motricidad para la cual fueron creadas. Los deportes tienen como finalidad no la salud sino el aprendizaje de una técnica gestual para lograr un resultado. La naturaleza no podía prever que fulano jugaría al tenis y mengano practicaría natación, y crear en consecuencia diferentes aparatos locomotores para cada hombre y palancas esquelético-musculares «intercambiables» por si fulano y mengano decidían cambiar de deporte.
Escalar y desplazarse en suspensión es indispensable para el desarrollo motor y para el logro de la postura erecta.
Esta actividad motora se realiza con un programa elemental de entrenamiento de las cadenas cinéticas cerradas. Desde la perspectiva fisioterapéutica, la escalada ofrece estímulos positivos para cargar adecuadamente el aparato locomotor (sistemas biomecánicos cerrados).
La escalada deportiva moderna representa la base de una nueva concepción terapéutica. Con paredes artificiales de medidas modestas, de múltiple composición e inclinación y de fácil instalación, la escalada terapéutica se convierte en una propuesta accesible y practicable en cualquier estudio fisioterapéutico y kinesiológico.
Además, ofrece importantes estímulos terapéuticos neurofisiológicos y motivacionales para tratar disfunciones tanto neuromusculares y ortopédicas (traumas articulares, traumas vertebrales y escoliosis) como neurológicas (esclerosis múltiple, paresia, etc.).
La enseñanza de esta técnica terapéutica se funda en sólidos conocimientos de anatomía funcional, cinemática y rehabilitación neuromuscular; aplica casos documentados en vídeo e implementa ejercitaciones prácticas con los pacientes.