Sumario3

 

Festival de Economía de Trento
Cinco días de encuentro con nuevas oportunidades de confrontación y reflexión.
Participante invitado el premio Nobel Gary Becker

 

Apostar por capital humano para una mejora de la competitividad

 

 

 

Matteo Ciaghi

 

La teoría del capital humano es una interpretación científico-académica de las razones que, en el mundo post-industrial, conducen a la evolución de un nación. Se trata de un concepto que, desde hace unos cuarenta años, está en voga entre las personas encargadas de la planificación del crecimiento, ya que subraya la importancia enorme de la formación a todos los niveles con el fin de establecer un núcleo de personal cualificado, técnico y científico, de alto nivel, el cual pueda asegurar un crecimiento continuo de cualquier economía. Recordemos que el concepto de “capital” fue aportado por los economistas clásicos, y particularmente por Karl Marx, , para describir los bienes y recursos (incluyendo los simbólicos e intangibles) que son capaces de reproducirse a sí mismos y generar un proceso de acumulación ampliada, esencia del capitalismo. Desde esta perspectiva, el objetivo de cualquier proceso educativo es la formación de de ese “capital humano”, dentro la acepción ya clásica definida por el economista Gary Becker en 1964: “el conjunto de las capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o específicos, de savoir-faire.”  Se trata de la integración de un recurso inmaterial factible de acumulación y potenciación, que como cualquier otro capital tiene la cualidad de reproducirse a sí mismo y crear riqueza a partir de materiales o recursos inertes.
 El capital humano, según esta definición, se trata de la suma de los recursos inmateriales que son acumulables y susceptibles de fomento que, como cualquier otro capital, posee la cualidad de reproducirse por sí mismo, creando riqueza material o recursos inertes. 
El susodicho capital humano se puede evaluar como la diferencia entre el grado de inversión inicial, para la realización del proyecto educativo y todos los gastos aparejados: costo del sistema educativo: gastos del estudiante; aprovechamiento del tiempo invertido; eficacia del profesorado;...y el valor de los resultados obtenidos al final del proceso de formación. A nivel familiar y social, no se tiene aún conciencia del beneficio que supone la formación del capital humano. En este sentido podemos establecer los beneficios de un valor cultural añadido, aunque nuestra definición dependa del valor subjetivo que la sociedad real y el periodo histórico establezca en la comparación de la inversión de esfuerzo y de recursos en la integración del capital humano. Los países modernos atribuyen gran importancia a la formación de éste, a diferencia de aquellos que tienen un nivel de evolución menor, donde la inversión en material fijo y tangible ( como  la adquisición de tecnología extranjera, inversiones en sistemas de producción, ,...) tiene mayor importancia.Gary Becker estudió lo que hoy denominamos “sociedades del conocimiento”, y concluyó que su mayor activo es el capital humano que estas han sabido desarrollar. Su productividad se ve potenciada por la especialización de sus saberes y el desarrollo de tecnología de tercera generación, que implica la preeminencia del software -la sapiencia y experticia- sobre el hardware -el sostén material de la tecnología. El capital humano es de primera importancia para mantener  y proyectar la productividad de la economía moderna, ya que esta capacidad está basada en la creación, difusión y utilización del saber, el cual constituye el recurso por excelencia de una sociedad avanzada tecnológicamente.

Resulta, en consecuencia, fundamental transformar nuestra visión: de la economía a la economía humana; del capital social a la evolución y  fomento del  capital humano, que es lo que, en esta década, permitirá dar a las empresas la única ventaja competitiva sostenible a largo plazo. Por otro lado, aunque el Sistema de Certificación de Competencias sea difícil de desarrollar y de llevar a la realidad, debe ser un esfuerzo  continuo y sobre todo, conjunto entre los gobiernos, las entidades privadas y el sector educativo, de modo que la alianza entre los tres conduzca al incremento de productividad, beneficio y empleo, y al sistema de capital basado en el conocimiento, como requiere nuestra época.

 

 

 

 

© 2006-2007 EcodelleDolomiti